En el muro del primer tramo hay una pieza de excepcional valor: el interesante Cristo atado a la Columna, de 1575, obra atribuida por unos a Antonio Morante y por otros, quizás con más acierto, a Miguel de Espinosa, discípulo de Diego de Siloé. Probablemente fue la obra de examen de éste para demostrar su pericia y poder trabajar en el claustro. Está tallado a tamaño natural y en una sola pieza. Destacan la expresividad de las facciones de Cristo, lleno de majestad y serenidad, y la cuerda esculpida al aire, parcialmente deteriorada, que se cimbrea por todo su cuerpo.
miércoles, 18 de abril de 2012
CRISTO ATADO A LA COLUMNA M.S ZOILO
CRISTO ATADO A LA COLUMNA
En el muro del primer tramo hay una pieza de excepcional valor: el interesante Cristo atado a la Columna, de 1575, obra atribuida por unos a Antonio Morante y por otros, quizás con más acierto, a Miguel de Espinosa, discípulo de Diego de Siloé. Probablemente fue la obra de examen de éste para demostrar su pericia y poder trabajar en el claustro. Está tallado a tamaño natural y en una sola pieza. Destacan la expresividad de las facciones de Cristo, lleno de majestad y serenidad, y la cuerda esculpida al aire, parcialmente deteriorada, que se cimbrea por todo su cuerpo.
En el muro del primer tramo hay una pieza de excepcional valor: el interesante Cristo atado a la Columna, de 1575, obra atribuida por unos a Antonio Morante y por otros, quizás con más acierto, a Miguel de Espinosa, discípulo de Diego de Siloé. Probablemente fue la obra de examen de éste para demostrar su pericia y poder trabajar en el claustro. Está tallado a tamaño natural y en una sola pieza. Destacan la expresividad de las facciones de Cristo, lleno de majestad y serenidad, y la cuerda esculpida al aire, parcialmente deteriorada, que se cimbrea por todo su cuerpo.
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