Los magníficos capiteles, de finales del s.XI, están labrados por tres caras
(por tanto, concebidos para colocarse frontalmente y no como esquineros) con
figuras mitológicas y escenas bíblicas que simbolizan el Bien y el Mal. Están
terminados en ábacos o cimacios que, con 15 cm. de altura, se extienden por todo
el pórtico como friso continuo, decorado con motivos vegetales y rematados con
bolas en las esquinas. Las cestas exteriores, cuadradas de 34 cm. en el borde
superior, resultan más proporcionadas que las interiores, de 34 x 29 cm.; todas
ellas muestran composiciones simétricas, excepto la interior derecha, y
desarrollan considerablemente sus volutas. En todos los personajes de la portada
son característicos los amplios y carnosos rostros ovalados, con cierta
tendencia al prognatismo, y la ausencia de pupila en los ojos.
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